Seguimos en ruta en dirección a Arcachon, y como hay una buena tirada hacemos toda la mañana y parte de la tarde por la autopista, hasta que al final nos encontramos con la duna de Pilat (bueno, hay que confesar que antes hacemos una parada en Burdeos, donde los papás salen con unas cajas sospechosas que ponen “gran vin de Bourdeaux”, y que tratan con mucho mimo). Como las alturas no nos arredran, nos subimos hasta la cima de la duna, y tomamos un poco el sol.
La bajada es muy divertida, aunque nos llenamos de arena hasta en los calzoncillos, menos mal que hay una zona de descanso para vaciar las zapatillas.
Como entre subidas y bajadas se nos ha abierto el apetito, nos bajamos a cenar a Arcachon, donde nos ventilamos una bandeja de marisco muy rica, recordando viejos tiempos de cuando nuestros papis eran novios. Como hemos aparcado la caravana cerca de la playa, cuando acabamos la cena nos damos un paseo y llegamos ya listos para dormir, haciendo nuestro sonido habitual….zzzZZZzzzz
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