20 octubre 2009

Escapada a Portugal

Esta es la crónica del viaje que hicimos a Portugal aprovechando el puente del Pilar (ampliando por delante y por detrás), con los días que nos debían de la caravana (5 días en total).

Salimos el viernes 9 de octubre escopetados hacia Évora, para poder disfrutar del resto de días sin hacer muchos kilómetros, así que no hicimos muchas paradas hasta llegar al camping ya de noche.

Paseando por Évora

Al día siguiente nos dedicamos por la mañana a conocer Évora, que nos gustó mucho (no en vano es Patrimonio de la Humanidad), con un ambiente muy agradable para pasear, y gran cantidad de cosas que ver, entre las que destacamos la decoración con azulejos de las iglesias, algunas de las cuales visitamos.

Aprovechamos para tomar el sol y descansar en los parques que tiene, y aunque no pudimos visitar todos sus monumentos, nos dejó una agradable sensación con ganas de volver en un futuro.

Por la tarde, viendo lo bueno que hacía y la previsión meteorológica, decidimos poner rumbo a la costa, así que nos dirigimos a Sesimbra, cerca de Setúbal, donde localizamos el cámping al lado del puerto, donde nos aposentamos. Como todavía era pronto, nos vamos a dar un paseo a Cabo Espichel, y así de paso vemos la costa lisboeta hacia Caparica, que nos trae recuerdos de hace bastante tiempo…

Rodaballo grelhadoComo tanto paseo nos ha dado bastante apetito, bajamos dando un paseo a cenar a uno de los restaurantes del puerto, donde entre otras cosas nos zampamos un rodaballo grelhado (a la brasa), del que no dejamos más que la raspa (si en la foto se ve bonito, el sabor no se puede retratar…..).

Al día siguiente amanece un día radiante, es domingo, y en Portugal se celebran elecciones municipales, así que nada mejor que coger los trastos y bajar a la playa. Playa de Sesimbra  Como se puede ver, teníamos la playa casi para nosotros, así que nos estuvimos jugando y bañando hasta la hora de comer con una temperatura estupenda.

Como es domingo, aprovechamos para echarnos una siesta de campeones, y después nos fuimos a ver Setúbal, para estirar un poco más las piernas y aprovechar lo que quedaba del día. Como anécdota contar que casi dejamos la caravana empotrada en una de las calles del casco antigüo, menos mal que salieron varios vecinos a “dirigir” la conducción y sacarnos del atolladero.

Setúbal

Cuando ya anocheció, tras un paseo por el puerto y las calles del casco antigüo, con un ambiente muy porteño y típico, volvimos al camping de Sesimbra, donde decidimos repetir la esperiencia gastronómica del sábado, con idénticos resultados en cuanto a satisfacción…mmmm.

El lunes 12 recogemos los trastos y volvemos hacia la zona de Évora, para recorrer en primer lugar la zona de monumentos megalíticos que tiene, rodeados de encinas, con un paisaje mediterráneo precioso que recorremos tranquilamente sin turistas, metiéndonos por pistas de tierra entre los campos al más puro estilo 4x4, pero con la caravana.

Megalito los almendres

Por la zona situada al suroeste de Évora hay un recorrido precioso, para pasar todo el día tranquilamente andando y viendo estos monumentos en un entorno precioso.

Después de comer nos dirigimos hacia Villa Viçosa, la ciudad de los Bragança, pasando antes por Redondo, famoso por su cerámica y el tipismo de la zona entorno al castillo, que nos gustó mucho.

En Redondo estuvimos en un par de talleres de cerámica, en los que nos enseñeñaron cómo hacían algunas piezas de barro, y su decoración.

Ya a media tarde llegamos a Villa Viçosa, donde dimos otro largo paseo por esta ciudad rodeada de canteras de mármol, vimos los monumentos más importantes y disfrutamos del ambiente relajado que emanaba. Castillo Villa Viçosa

El conjunto del palacio, iglesias, monasterios, así como las calles nos pareció muy bien conservado y armonioso, por lo que nos dejó muy buen sabor de boca, imaginándonos que en primavera debería estar precioso con los naranjos que pueblan las calles.

Después de esta visita decidimos enfilar rumbo hacia casa, para no dejar todo el viaje para el último día, así que nos fuimos a dormir a Mérida.

El último día, aparte del recorrido por la ciudad de Mérida en caravana y el viaje de regreso, no tuvo mucho más que contar, así que no nos enrollamos más y lo dejamos ya hasta el próximo viaje (que será pronto, seguro….).