En esta ocasión el viaje se trató de un regreso al pasado, a conocer a la prima segunda de mamá que hemos descubierto este año (más bien nos ha descubierto ella a nosotros, la rama Molano).
La aventura empezó en Brozas, donde vive Tenti, la prima perdida…
Un paseo por el pueblo (muy bonito, todo hay que decirlo), y nos vamos de excursión a ver el puente de Alcántara y la ciudad que le da nombre.
Después pasamos por el pueblo en el que estuvo una parte de su infancia la tía Encarna (Mata de Alcántara), y después a comeeeeerrrr….!!!!
Por la tarde fuimos a Arroyo de la Luz, cuna del abuelito Lucio, pasando en primer lugar por el Santuario de la Virgen de la Luz (igualita que mamá con sus rizos), donde posa de nuevo una gran parte de la expedición, ya que el resto va cada uno por su lado, lo normal.
Hecha la visita a la Virgen, vamos a buscar la casa en la que nació y se crió el abuelo, que finalmente localizamos gracias a un vecino de la infancia, momento en el que montamos una especie de tumulto en la calle, cosa que agradecen el resto de vecinos para tener tema de conversación.
Como se ve en la foto, el abuelo se alegra mucho de volver a ver su casa, aunque abandonara el pueblo hace más de 50 años, pero es que la tierra tira mucho, así que nos explica todas las calles y los oficios que había en aquellos tiempos de postguerra (anda que no ha llovido desde entonces…)
Ya de noche volvemos a Brozas, donde Tenti nos vuelve a hacer que abusemos de su hospitalidad y damos cuenta de los restos que han sobrado de la comida, junto con nuevos manjares (mmm…. los pasteles caseros…mmmMMMMmmm).
El domingo recogemos las habitaciones, y tras pasar por el Casar de Cáceres a por sus famosas Tortas de el Casar, ponemos rumbo a Trujillo, para hacer la visita cultural de rigor, donde a la abuela casi le da un patatús en las cuestas.
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