Y digo bien, porque en Bélgica, los domingos son de verdad, con casi todo cerrado, salvo bares y restaurantes. Así que a eso de las 9 y media aparecemos en casa de la tía Charo, con hambre y ganas de una duchita en su bañera con jacuzzi, y claro, empezó a echar jabón, más jabón….y pasó lo que tenía que pasar….
Tras el desayuno, el baño de espuma y vestirnos, nos vamos de paseo por el parque, en el que hay cosas muy divertidas, pero la que más nos gusta es la zona en la que hay cabritas muy simpáticas a las que dimos de comer (con gran alegría de las cabras).
Siguiendo con el plan lúdico-festivo, nos pegamos otro festín de mejillones “estilo belga”, en el restaurante al lado de casa de la tía, y después volvemos a coger la caravana, ya que queremos hacer una parada cerca de Burdeos, en Arcachón, que nos han dicho que tiene ricos “frutos de mar”…Así que cogemos caravana y manta, 600km de autopista, y ya pasado París paramos a dormir, con más de la mitad del camino recorrido….zzZZZZZZzzz
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