Hoy amanecemos en Copenhague, y nos preparamos rápido para hacer una vuelta completa por la ciudad, empezando por los canales, para lo que sacamos un pase de día en las 3 líneas “sube y baja”.
Primero vemos la zona central, con el parlamento, la bolsa, y lo que más nos gusta es la nueva biblioteca “el diamante negro”, con un oso polar en una exposición que pone los pelos de punta.
Como llevamos ya 3 horas andando sin parar, nos ha entrado mucho apetito, así que los papás nos llevan a un “restaurante típico”, donde piden unos platos con nombres incomprensibles, que al final resulta que no estaban tan malos- La tarjeta de papá echa humo, pero parece que resiste el envite…
Los peces crudos que nos ponen al principio no nos gustan demasiado, pero si a los daneses les vuelven locos, algo tendrán (a ver si lo descubrimos antes de volvernos).
Efectivamente, hablamos con italianos, malagueños, iraníes, pero ningún danés por allí (el guía de un grupo de japoneses, quizás).
Después, como hace fresquito y tenemos las piernas entrenadas, seguimos la ruta por la ciudadela hasta el palacio real y aledaños, más solos que la una, sin coches ni casi personas que nos molesten a estas horas tan ¿tardías? (si son las 20:00!!!).
Desde el puerto vemos la nueva ópera, que tiene un diseño espectacular, así que practicamos un poco los bailes, para estirar las piernas.
Como ya estamos tronchados de verdad, volvemos a nuestra “zona camper”, cenamos, y casi sin parar un minuto, nos quedamos fritos con el último espaguetti en la boca.
Colofón: zzzZZZZzzzzzz….
1 comentario:
Al lado del "osito polar" Gabriela parece una enana. Serán tan grandes esas fieras o tan pequeñas esas niñas? Si os encontráis alguna de verdad dejadla paso libre. Mejor será ceder el paso que exigir derechos. Por si acaso. Julio
Publicar un comentario