Se veía venir.... vamos de excursión a cualquier parte y siempre es lo mismo... ¡Juan, ponte guapo y elegante para ir a cenar!. Al principio me resistía, pero finalmente claudiqué. Desde entonces las comidas fuera de casa siempre tenían ese toque de distinción que da ir con una mujer elegantemente vestida con sus mejores galas.
(Foto del idílico lugar)
Este fin de semana parecía que la cosa iba a ir por el mismo cauce, excursión a casa rural y cena reservada en el mejor restaurante de la zona.... ¡Juan, no te olvides la ropa elegante...!, pero al llegar... ¡glamour a tope...!!!
(Véase la camiseta del camionero, no se aprecia el resto de la indumentaria...)
Pero ahí no acababa todo, ya que al final de la cena nos hicieron el ritual propio de la alta cocina....¡el reparto de palillos....!
(Luzmari y su palillo, glamour a tope)
No se puede negar que la cena estaba muy rica, y que después de todo lo pasamos muy bien el fin de semana, así que ¡¡¡repetiremos!!!, aunque nos dejemos nuestras mejores galas en casa (la cena, estupenda, por 36 euros los dos, con un vino estupendo, postre, café... ¡y barra libre de palillos!!!)
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