Como hoy no nos apetece ir uy lejos en coche, nos hemos venido a la Casa de Campo a desempolvar las bicis, que hace tiempo que no montamos. Así que una vez bien equipados con todas las protecciones, nos lanzamos a las pistas a todo trapo.
Como el paseo nos dio un apetito fenomenal, tras acabar la ruta nos sentamos en una mesa a devorar la comida que habíamos traído, sin perder las ganas de seguir jugando.