Aprovechando un viaje de trabajo, hemos dado una vuelta por diferentes zonas de Cáceres, en un sábado primaveral a tope. Aquí va una pequeña reseña de la jornada.
Empezamos junto al embalse de Alcántara, donde vemos que afortunadamente, este año está lleno a rebosar, y que las flores han salido a tutiplén llenas de colorido.
Después de comer ricas viandas extremeñas, nos fuimos hacia el Parque Nacional de Monfragüe, subiendo (mejor dicho, escalando) al castillo que se alza en un promontorio con unas vistas impresionantes, y rodeados de muchos ornitólogos y aficionados a las aves, venidos de todas partes del mundo a ver la cantidad de rapaces que hay en el Parque.
En esta foto se ve el río Tajo al fondo, y nos sentamos con cuidado para no pasar la línea roja, porque la caída es de impresión…
Después nos bajamos al Salto del Gitano (vaya nombrecito), a mirar en los observatorios que hay hechos junto a la carretera, donde nos pasamos un rato viendo buitres y alimoches (y a los guiris, para qué negarlo). Tras la parada, un pequeño refrigerio y empezamos la vuelta, pero en vez de repetir camino, decidimos (bueno, lo decidió papá porque nosotros nos quedamos fritos en el coche) volver por el Valle del Jerte, a ver si habían florecido los famosos cerezos, y esto es lo que nos encontramos…